A

Sr. Mark Rutte
Primer Ministro, Países Bajos
La Haya, Países Bajos

CC

Hugo de Jonge, Ministro de Sanidad de los Países Bajos

14 de diciembre de 2021, Heerlen

Lapso de tiempo

11 de noviembre de 2021
Nuestra carta de emergencia

2 de diciembre de 2021
Respuesta de la Oficina de Rutte

14 de diciembre de 2021
Nuestra respuesta (en esta página)

14 de diciembre de 2021
Hoja informativa

Estimado Sr. Rutte

Gracias por su respuesta del 2 de Diciembre del 2021 [1], en la que su oficina responde a mi Carta de Emergencia del 12 de Noviembre. En esa Carta Abierta le pedí que detuviera inmediatamente cualquier plan de vacunación obligatoria con vacunas de ARN/ADN anti-COVID-19. Esta advertencia pública se hizo necesaria a la luz de nuevos datos científicos sobre el daño potencial a corto y largo plazo que estas vacunas causan en el software biológico (ADN) de millones de personas vacunadas [Jiang et al, Viruses, 2021, 13, 2056 |2].

En las últimas semanas, el apoyo a esta Carta Abierta ha llegado a su gobierno por parte de muchos ciudadanos holandeses que consideraban que, desde el punto de vista científico, su contenido expresaba sus propias preocupaciones sobre el riesgo de estas vacunas.  La difusión a nivel nacional de esta información científica ha contribuido, sin duda, a la decisión del gobierno holandés [3] a principios de esta semana de no imponer ninguna otra medida de vacunación obligatoria con estas vacunas potencialmente inseguras.

Pero esto no es suficiente. Para excluir categóricamente cualquier riesgo futuro a gran escala para la salud de millones de ciudadanos holandeses, considero que es responsabilidad de su gobierno informar inmediatamente al pueblo holandés, sobre los problemas de seguridad recién descubiertos y potencialmente de gran alcance de estas vacunas anti-COVID-19 basadas en ARN/ADN.

El Gobierno holandés no conoce los hechos

Cabe destacar que estos riesgos sanitarios potencialmente graves y generalizados no fueron publicados por las empresas farmacéuticas que fabrican estas vacunas, sino por científicos independientes. Incluso después de que se publicaran estos alarmantes hallazgos científicos, los fabricantes de estas vacunas de ARN/ADN relacionadas siguieron sin emitir una advertencia pública que desaconsejara su uso debido a los graves problemas de salud. Peor aún, los fabricantes de vacunas dejaron a los gobiernos a los que asesoran -incluido el suyo- aparentemente «en la oscuridad» sobre estos efectos secundarios potencialmente graves y generalizados.

Esta conducta irresponsable deja muy en entredicho el asesoramiento que estas empresas han prestado a su gobierno, así como la información que han hecho pública en el pasado.

Lamentablemente, la carta de respuesta que me envió el 2 de Diciembre demuestra que ni usted ni su gobierno han comprendido plenamente los efectos secundarios potencialmente de largo alcance y a largo plazo de las vacunas anti-COVID-19 basadas en el ARN/ADN – o peor aún, fueron mal asesorados por los fabricantes de vacunas.

En su carta de respuesta, usted se hace eco de la narrativa de estas empresas farmacéuticas al negar simplemente los riesgos para la salud de sus vacunas de ARN/ADN. A la luz de los nuevos datos científicos sobre los efectos secundarios potencialmente graves, corre usted el riesgo de socavar la credibilidad de todo su gobierno y su compromiso de proteger ante todo los intereses de la salud del pueblo holandés. ¿Qué pensará el pueblo de los Países Bajos cuando vea cómo usted y el Sr. de Jonge siguen defendiendo estas vacunas potencialmente dañinas en la televisión nacional durante las próximas conferencias de prensa?

Con el fin de empoderar al pueblo de los Países Bajos y a su gobierno para que tomen decisiones responsables en materia de salud pública con el fin de poner fin a la pandemia, y para evitar daños a largo plazo en la salud del pueblo holandés, he decidido abordar en detalle los argumentos que usted expone en su carta de respuesta en la hoja informativa adjunta [4].

El Gobierno holandés dicta normas y leyes basadas en información científica errónea

Si el gobierno holandés sigue promoviendo las vacunas contra el COVID-19 basadas en el ARN/ADN como la «única manera» de acabar con la pandemia de coronavirus, está engañando al pueblo holandés. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) [5] está advirtiendo que los millones de personas que ya están vacunadas no deben desarrollar una «falsa sensación de seguridad» de que dichas vacunas les habrán protegido contra nuevas infecciones por COVID-19. La OMS, de este modo, comunica que las personas vacunadas no sólo pueden ser infectadas por coronavirus a pesar de estar vacunadas, sino que también pueden servir como nuevos transmisores de esta enfermedad pandémica.

Otra «justificación» para seguir promoviendo las vacunas basadas en ARN/ADN potencialmente dañinas es el argumento de que no hay alternativas disponibles en la lucha contra la pandemia. Esta afirmación también es engañosa. Hay enfoques eficaces y mucho más seguros para ayudar a combatir la pandemia de COVID-19 que están fácilmente disponibles e incluyen la vacunación con coronavirus inactivados  (atenuados o muertos), anticuerpos monoclonales, micronutrientes con base científica y otros. Muchos de estos enfoques deberían ofrecerse inmediatamente como alternativas eficaces y seguras a las arriesgadas vacunas.

Otro argumento muy extendido con el que los defensores de las vacunas de ARN/ADN intentan convencer a sus ciudadanos de que acepten dichas vacunas, es remitirse a las campañas de vacunación obligatoria en los países vecinos más poblados, por ejemplo, Alemania. Sin embargo, una mayor población no es la única característica de este país: también es el mayor exportador mundial de fármacos y vacunas y uno de los mayores beneficiarios financieros del negocio global con las vacunas basadas en el ARN.

La responsabilidad del Gobierno holandés ante esta situación

Señor Rutte, confío en que el diálogo científico público que hemos iniciado sobre los riesgos incalculables asociados a las vacunas anti-COVID-19 de ARN/ADN refuerce las voces de la razón en la sociedad holandesa y en su gobierno. Este diálogo científico público debe tener como objetivo detener cualquier uso de las actuales campañas de vacunación con vacunas basadas en el ARN/ADN – y cualquier recomendación de las llamadas vacunas de «refuerzo» – hasta que los graves problemas de salud ahora asociados con estas vacunas basadas en genes hayan sido indiscutiblemente resueltos por científicos independientes que están fuera de la influencia de los fabricantes de vacunas y sus «expertos».

Mi correspondencia con usted y su gobierno está guiada por el respeto a su cargo y a la responsabilidad que tiene. Compartimos la tarea de resolver este asunto también en interés de un número cada vez mayor de personas que ya han sido perjudicadas al recibir vacunas anti-COVID-19 basadas en ARN/ADN – así como de aquellas que podrían ser perjudicadas en el futuro si no se toman ahora medidas decisivas para detener dichas vacunaciones.

Respetuosamente,

Dr. M. Rath